Dices que cambie,
cuando lo único que cambio
fue la forma con la que tus ojos me ven.
Dices que no soy el mismo,
cuando te sobraron las 1000 veces
en las que te jure mi amor.
Y volaron las falsas esperanzas,
sin apenas haber visto brillar el sol.
Entre sonrisas frías,
vagas de emociones.
Abandonado, a disposición
de la ruleta del destino.
El niño que era,
y el hombre que hoy ves frente a ti…
Alza la voz,
pero se enmudecen las palabras..
Por mas que grita,
el eco del silencio opaca
los resquicios de este corazón roto.
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